La Boda fue una de las actividades más entretenidas que hemos realizado en estos últimos años. Fue diseñada para agradecer la voluntariedad y la disponibilidad de una serie de alumnos que decidieron ayudar a otros compañeros, cuyo rendimiento no era positivo, para que sus calificaciones mejorasen. El proyecto Tú y Yo como le llamamos, Luis Serrano y yo, se llevó a cabo en 1º de bachillerato en el IES Celia Viñas. La idea fue presentada a toda la clase y un grupo de alumnos se presentó voluntariamente.
Los distribuimos en parejas que pensábamos que podrían congeniar y tras los resultados de la primera evaluación, unos comenzaron a cuidar de los otros. Los resultados fueron maravillosos. Los que iban bien mejoraron sus calificaciones, pero los que no iban tan bien mejoraron considerablemente. Las calificaciones fueron superiores de aquellos alumnos que no quisieron participar en el proyecto.
Aunque el proyecto se orientó a las materias que Luis y yo impartíamos, Educación Física y Lengua, muchos ampliaron el trabajo a otras asignaturas. Como agradecimiento al buen trabajo realizado durante el curso, en el mes de mayo, les hicimos esta actividad, LA BODA. La mecánica era bastante sencilla: habían asistido a una boda y al llegar al lugar del enlace y el convite, el novio no aparece, por lo visto está en un atasco. Para no alertar a los invitados de su retraso ni preocupar a la novia y a su familia, la wedding planner, organiza una serie de acertijos y pruebas que deben superar. Como en toda boda, entre prueba y prueba, disfrutamos de un aperitivo y de su momento de baile. Como me gusta para este tipo de actividades, esta se realizó fuera del horario lectivo y caída la noche. El ambiente como siempre es fundamental.
Como en otras ocasiones, tuvimos la suerte de contar con la participación del alumnado del Máster de Profesorado de Filología Hispánica de la Universidad de Almería donde impartimos las prácticas de la materia de Innovación Educativa. Al ser un enlace de alto standing contábamos con todo: seguridad privada, prima que vive en el extranjero, fotógrafos oficiales, suegras, niños, soltero pesado... toda la tipología que solemos encontrar en este tipo de eventos lúdicos y festivos.
Aquí os dejo con el cartel que anunciaba la actividad. Los detalles en este tipo de actividades son más que importantes.
Al llegar los invitados, la wedding planner los recibía con estas palabras:
"Buenas noches chicos. Sed bienvenidos al Palacio del Conde-Duque de Buenasonrisa. Un palacete de finales del s. XIX. Os tenemos que comentar que ha surgido un imprevisto de última hora. El novio no ha dado señales de vida. Por lo visto está en un atasco. Mientras, su padre, el Conde-Duque, que es un cachondo, os ha preparado una velada divertida, ¿queréis jugar? Pues seguidme:".
Los invitados recibieron con antelación esta invitación al enlace indicando la hora y el lugar. Doy por hecho que todas estas actividades van acompañadas de sus respectivas autorizaciones para participar en la actividad, así como para el uso de la imagen.
En esta actividad todos los invitados debían ir juntos y trabajar en equipo para superar la prueba. El papel de los figurantes (fotógrafo, suegra, novia, criada, mayordomo, primos lejanos...) era el de confundirlos y entretenerlos para que perdiesen tiempo, ya que cada prueba debía realizarse en una serie de minutos.
Las pruebas que debían superar eran:
1. El avión de la suegra: ejercicio de lógica.
2. Cómo organizar las mesas de los invitados para que no se enfaden: terminar una partida de ajedrez.
3. Hemos perdido el menú: encontrar entre 500 hojas la que tiene una palabra diferente.
4. Dónde está el primo lejano: buscar una foto por todas las orlas del centro.
5. Y todo esto ¿cuánto cuesta?: superar un sudoku gigante.
6. Realmente, ¿qué aprendemos con todo esto?: aprobar un examen tipo test hasta que todas las respuestas sean correctas. Nunca se les dice cuál está mal.
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